James sufre sus peores días en el Real Madrid
James Rodríguez recordará durante mucho tiempo la mala huella que le está dejando 2016, el año en el que todo le salió mal. En los minutos que jugó frente al Celta, James encaraba las jugadas con el rostro tenso y mirada de andar enfadado con el mundo. Tiene razones, un futbolista que aterrizó en el Real Madrid con sello de crack, hoy ocupa uno de los últimos lugares en la banca de los suplentes. El internacional colombiano, según reconoce, está pasando uno de los peores momentos de su vida.
James trae loco a Jorge Mendes, el superagente de futbolistas, que incluso anoche estuvo negociando con el Chelsea una salida digna del jugador colombiano. James Rodríguez es jugador que encandila a Antonio Conte, el entrenador del club londinense, que soñaba con formar una dupla con Hazard, pues el juego de ambos, explosivo y talentoso, rompería las líneas defensivas más amuralladas de la Premier. Pero el dueño del Chelsea y sus asesores financieros no se muestran convencidos de la viabilidad de una operación que se iría por encima de los 70 millones. Este lunes por la noche, una vez más, el Chelsea puso sobre el tapete el nombre de Cesc, que de nuevo fue rechazado por el Real Madrid. Aunque les interesa James, los ingleses han expuesto sobre la mesa que el valor del colombiano ha bajado sensiblemente.
En la conversación que mantuvo con James Rodríguez la noche del lunes, Jorge Mendes detectó que el estado de ánimo del colombiano se encuentra bajo mínimos. El portugués trató de insuflarle de energía positiva, pero la realidad le golpea como un ladrillo pesado en el rostro. Por delante se encuentran Lucas Vázquez, Isco y Marco Asensio, la sensación del verano en la Liga, que atornillan a James en la suplencia.
Trabajo y humildad
Mendes, Zidane y sus mejores compañeros del vestuario, entre los que se encuentran Marcelo y Cristiano Ronaldo, han instado a James Rodríguez a seguir en la pelea, a tener entre ceja y ceja el fútbol y se centre en la colosal tarea de revertir la situación. “James lo tiene todo para triunfar, sobre todo talento, pero tiene que demostrarlo y querer”, dijo hace unas semanas Zinedine Zidane, su entrenador, que no mira el pasado de sus pupilos, tampoco su ascendencia. El francés observa a cada uno en los entrenamientos y luego decide. James sigue de último de la fila. Tiene que trabajar más, el doble que ninguno, porque ha de recuperar un terreno que perdió durante el último ejercicio, donde bajó la guardia y le ocurrió de todo, incluida una persecución policial.
Zidane sabe como nadie la calidad que atesoran las piernas de James Rodríguez y le ha dicho al jugador que se olvide de hacer las maletas y que, por el contrario, luche por recuperar su autoestima como futbolista. La fórmula de Zizou es bien sencilla: trabajo y humildad. El entrenador del Real Madrid ha llegado a decir en su círculo privado que James, en plena forma, es uno de los titulares indiscutibles en el equipo, pero la realidad hace daño como una roca mojada: en estos momentos el colombiano es una sombra de aquel jugador que, procedente del Mónaco, aterrizó en el Santiago Bernabéu tras desembolsar el club 85 millones de euros.
Mientras que este miércoles el mercado del fútbol arde, Florentino Pérez ha instado a sus técnicos a realizar un esfuerzo adicional para recuperar la mejor versión de James Rodríguez, cuyo valor en el mercado ha caído peligrosamente y amenaza con seguir cayendo si la estrella del colombiano sigue opaca en el universo fútbol.
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