Desazón en jóvenes por no obtener cupos en carreras universitarias
Límber S., de 17 años, se siente ‘bajoneado’, preocupado por su destino profesional. Quiere prepararse, estudiar en la universidad, pero aún no lo consigue. Los 841 puntos que obtuvo en la prueba Ser Bachiller no le alcanzaron en las cinco carreras que postuló en la Universidad de Guayaquil.
“Para todas pedían de 900 en adelante. Yo quiero Economía, Gestión Empresarial, Contaduría Pública, pero no salió ninguna. Yo quiero estudiar, pero me están quitando esa posibilidad, porque no tengo para una particular”, expresó desanimado el joven bachiller del colegio José Luis Tamayo.
Él no era el único. Decenas de bachilleres y padres de familia compartieron su frustración por no haber obtenido un cupo para ingresar a la universidad, mientras hacían una fila de más de cien personas en los exteriores de las oficinas de Admisión y Nivelación de ese centro estatal.
La respuesta que recibían era que esperen la segunda y tercera asignación que se realizará del 1 al 3 de mayo y del 7 al 9 de mayo, en su orden. Pero ese anuncio no los convencía.
En el departamento de Bienestar Estudiantil, otro grupo pedía información y les dieron la misma respuesta. “Queremos que nos den la oportunidad, de mis doce amigos del colegio ninguno logró un cupo”, sostuvo Límber.
El padre de familia Juan Canessa se mostró indignado. Su hijo sacó 754 y no logró seguir Ingeniería Industrial. “Mi hijo es bueno en Física, Matemáticas, Química, que son necesarias en esa carrera, pero se cayó (en la prueba) en las (preguntas) de literatura. No es justo si él tiene las aptitudes de esa carrera”, dijo.
Juan J. obtuvo 787 puntos en la prueba Ser Bachiller y no logró el cupo en Ingeniería Civil en la Espol, pero sí aprobó el test de admisión de la carrera en ese centro. Ante ello, él esperaba saber si con ese puntaje podría estudiar en la Estatal.
El primo de Cristina C., graduado del colegio San Agustín, aplicó con sus 902 puntos a Medicina, pero no la aprobó. “Es una pena que un joven inteligente que haya pasado por todos los filtros correctamente no acceda a estudiar en la universidad”, señaló.
En redes sociales y al correo electrónico de este Diario, decenas de estudiantes y padres expresaron su descontento con el proceso. Además circularon mensajes en los que presuntamente se ofrecía subir el puntaje a cambio de dinero.
Hasta las oficinas de la Senescyt, ubicadas en el edificio Joaquín Gallegos Lara, también acudieron decenas de aspirantes sin cupo. A ellos los atendían por grupos y les explicaban lo mismo que en la universidad, que debían esperar a la segunda y tercera postulación porque ahí se liberarían cupos en las carreras, según la capacidad de los centros. También les explicaron que si daban de nuevo la prueba, el aspirante podría elegir con qué nota postular.
Comentarios
Publicar un comentario